Durante mas de una decada, Chiara Ferragni se consolido como una de las mayores influencers del mundo y un referente de estilo y exito tanto en las pasarelas como en redes sociales. Su trayectoria comenzo en 2009 con un blog personal en el que mostraba su vida como estudiante y su estilo llamativo; esa visibilidad la llevo a dejar la carrera de derecho y a convertirse rapidamente en una figura publica digital.
Marcas de lujo como Dior, Gucci y Versace la seleccionaron para campanas publicitarias, y su presencia en la primera fila de los desfiles de la Semana de la Moda de Nueva York se volvio habitual. Ferragni compartia fotografias con celebridades y aprovechaba escenarios iconicos -como el Empire State Building- para sus publicaciones en Instagram, plataforma en la que supera los 28 millones de seguidores.
Su vida privada tambien atrajo gran atencion mediatica. En 2018 contrajo matrimonio con el rapero italiano Federico Leonardo “Fedez” Lucia, en una ceremonia celebrada en un palacio siciliano del siglo XIX en la que lucio un vestido de Christian Dior. La boda recibio cobertura de medios como Vogue y genero material para un documental y un reality show televisivo.
Ferragni documento publicamente etapas significativas de su vida: la boda, dos embarazos y la vida familiar, todos ellos mostrados en la serie The Ferragnez, emitida por Amazon Prime Italia y comparada en formato con producciones centradas en familias de celebridades. Su actividad empresarial amplio su patrimonio, con propiedades en Milan y el lago de Como y una compania, Fenice Srl, que en 2022 fue valuada en 87,5 millones de dolares y se dedicaba a moda, joyeria, mobiliario y accesorios.
No obstante, su imagen se vio gravemente afectada por un escandalo relacionado con campanas beneficas. En 2022 Ferragni promociono un pandoro en colaboracion con la empresa Balocco, presentando la accion como solidaria y justificando un precio mas alto con la promesa de que la totalidad de los beneficios se destinaria al Hospital Infantil Regina Margherita de Turin. Informes posteriores revelaron que la donacion real fue minima en comparacion con los ingresos generados por la campana.
Segun reportes, Balocco habia realizado donaciones previas por 58.000 dolares y Ferragni recibio alrededor de un millon de dolares por la promocion, una cifra mucho mayor que el monto destinado al hospital. Un patron similar se observo en una campana de Pascua, en la que solo una fraccion muy pequena de lo recaudado llego a fines beneficos, segun las investigaciones periodisticas.
La respuesta institucional fue rapida: las autoridades italianas abrieron una investigacion, la cuenta de Instagram de Ferragni quedo inactiva y ella fue sancionada con una multa de 1,15 millones de dolares. Ademas, afronto un proceso penal por fraude agravado. El caso impulso la aprobacion en Italia de una normativa -apodada por la prensa como “Ley Ferragni”- que exige transparencia en la informacion sobre el porcentaje de venta de productos anunciados como beneficos.
Especialistas en comunicacion y prensa comentaron publicamente sobre el caso. Lauren Beeching, experta en relaciones publicas y gestion de crisis, senalo que Ferragni combinaba glamour y habilidad comercial, pero que la situacion habia puesto en cuestion esa proyeccion. “Es sumamente glamurosa, tiene una gran vision para los negocios y es imparable comercialmente. Al menos hasta ahora”, declaro Beeching.
Otras voces del ambito mediatico subrayaron el contraste entre la imagen publica y los detalles del escandalo. Sophie Ross Brooks, copresentadora del podcast Snark Bait, destaco la notoriedad de Ferragni en Italia y su estatus de referente de la moda, aludiendo ademas a la ostentacion visible en su coleccion de bolsos y su tratamiento mediatico.
En diciembre de 2024 Ferragni hizo una declaracion publica admitiendo errores y, en un video de disculpa, prometio donar un millon de dolares al hospital afectado. Aun asi, la medida no fue suficiente para detener el dano reputacional ni la reaccion publica que siguio al escandalo, conocido en redes como #pandorrogate.
El impacto economico fue notable: Fenice Srl perdio casi el 90% de su valor y paso de ser un caso de exito del emprendimiento digital a reportar perdidas millonarias -6,65 millones de dolares en el ultimo ejercicio-, segun informes. Simultaneamente, Ferragni atraveso un proceso de divorcio publico acompanado de acusaciones y revelaciones sobre su vida privada que amplificaron la cobertura mediatica negativa.
El incidente se dio en un contexto de cambios en la industria de la influencia digital. Expertos en marketing senalan que el modelo de macroinfluencers con audiencias masivas esta perdiendo fuerza frente al auge de microinfluencers, que trabajan con comunidades mas pequenas y segmentadas y suelen generar mayor confianza y engagement autentico.
Las marcas, apuntan analistas, prefieren ahora invertir en creadores que demuestren ventas directas y compromiso real, en lugar de pagar grandes sumas por alcance sin resultados claros. A su vez, regulaciones como las de la Comision Federal de Comercio (FTC) en Estados Unidos han endurecido los requisitos de transparencia sobre la naturaleza de colaboraciones y donaciones.
A pesar de las dificultades, Ferragni ha intentado mantener su actividad publica y su presencia en la industria de la moda, aunque en ocasiones su asistencia a eventos ha sido limitada por compromisos legales. Consultores en gestion de crisis consideran que sus acciones hasta el momento son insuficientes y proponen medidas mas contundentes: una retirada temporal de la vida publica, auditorias independientes y enfoque en proyectos beneficos con verificacion externa.
Asesores en reputacion senalan que una recuperacion es factible si Ferragni asume responsabilidad, modifica su enfoque comunicacional y prueba con acciones transparentes y verificables; sin embargo, el desenlace dependera de la evolucion del proceso judicial y de la percepcion publica. En el plano legal, Ferragni enfrenta la posibilidad de hasta cinco anos de prision por cargos de fraude agravado, y para muchos su caso funciona como una advertencia sobre la necesidad de mayor transparencia en el sector de los influencers.
